martes, noviembre 28, 2006


Existe la necesidad de sanar el terrible daño que le hemos causado al planeta, no solo por nuestros pequeños actos de ignorancia, también por lo que hoy se manifiesta como la suma de la racionalidad, el materialismo, el consumo desmedido de los recursos y el egoísmo (por nombrar algunos): el calentamiento global, las pruebas atómicas, las explosiones de munición de guerra, el maltrato por abuso de poder, todo esto representa un atentado a la vida y a la Esencia Femenina, representada como el Gran útero en el que habitamos. La humanidad esta viviendo en el límite entre el despertar y el colapso total de la existencia.

Gracias a los seres elementales tu vida transcurre día a día, mas o menos, sin sobresaltos importantes, porque son ellos quienes sostienen la estabilidad del suelo que pisamos, son ellos quienes están detrás de todos los procesos de germinación, de fecundidad, desde el alimento que ingerimos del reino vegetal hasta la pasividad de los volcanes, desde los procesos de purificación del medio ambiente hasta la belleza de una flor, de la cual absorbemos la belleza con solo contemplarla. Los seres elementales coexisten UNIDOS a la vida, inmersos en la Felicidad, que es la ley del Cosmos.

En nuestra existencia polarizada, los problemas globales y medioambientales que experimentamos se suceden principalmente por un factor: la negación hacia la esencia femenina, fuente de toda abundancia, de toda comunicación sutil, de la paz y armonía de la cual el mundo adolece.
Esta negación engendrada por el patrón masculino desde tiempos remotos de nuestra era tiene algunas características muy obvias: El control de las emociones y pensamientos de la humanidad por parte de las iglesias, separándonos de Dios y la realidad que experimentamos. El control de la masa por medio de las economías mundiales, transformando en grandes negocios la guerra, la enfermedad, la hambruna, los conflictos de todo orden, en síntesis, la cultura global de la Muerte.
Este desequilibrio tiene enormes contrastes y el resumidero en nuestro mundo polarizado es el lado masculino en desmedro del femenino.

Aún así, cada día pasa sin mayores sorpresas, los terremotos, las muertes en masa, la locura colectiva, la destrucción, el abuso.
Y aún así los seres elementales realizan su obra con admirable precisión, sin tomar aliento. Su amor incondicional a la vida y a nosotros, a pesar de nuestro olvido de agradecer con el corazón, a pesar de la descalificación y superstición que pesa sobre sus actividades como asfalto caliente, continúan en su labor, porque son parte de dios, son parte de la vida. Somos nosotros quienes hemos olvidado nuestro origen como creadores, dándole poder a nuestros objetos, a la realidad de “afuera” separada de nuestro mundo interno.

¿Y como revertir esto?
Algunas referencias para perder el miedo al cambio:
-Cambiar de hábito: Pensar y Sentir que es Uno quien crea la realidad.
-Dar Gracias, recordándonos a cada instante que todo lo que nos rodea es digno de sentir la palabra GRATITUD.
-Pensar y sentir que somos parte de todo, lo que recibimos es lo que hemos dado.
-Utilizar la palabra Sentir, Corazón, Amor, Gracias.
-Sentarse en silencio.

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