viernes, noviembre 03, 2006

Mi taller en Pirque



DESDE AQUÍ, EN UN RINCÓN DE PIRQUE, AL SUR DE SANTIAGO, CERCA DEL RIO, EL CIELO, EL CAMPO, HILOS DE ORO DE UNA NUEVA REALIDAD TIENEN ORIGEN...

En el año 2004 llegué a vivir a la localidad de Pirque, una zona rural 40 minutos al sur de Santiago cruzando el rio Maipo. El lugar era una parcela que funcionaba como un centro de terapias asistidas por animales, llamado “Zoo-terapia Imagina.” Era dirigido por mi amigo Gabriel a quien había conocido muchos años antes en Santa Ana de Chena y también era amigo de Isabel por lo que teníamos en común mucho del camino de autodescubrimiento y afinidad por la enseñanza metafísica. Gabriel me invitó en aquel entonces a trabajar y vivir en Pirque y comencé como cuidador de perros de la raza Golden Retriever, también alimentar a las aves, los gatos, incluso peces. Tenía además tareas de mantenimiento del jardín y aseo del centro, por ello tuve mucho contacto con la Naturaleza, con los animales, las plantas, la tierra y mucho tiempo para la introspección. También tuve la oportunidad de interactuar con los niños asistentes a las terapias; niños con ciertas discapacidades o habilidades diferentes. Había un momento especial en las terapias; una sesión de relajación con música con sonidos de delfines y junto con los perros yacíamos sobre colchonetas en perfecta quietud. No a mucho de comenzar estas actividades tuve una increíble revelación: las energías residuales de los niños pasaban como una descarga hacia los perros y luego los perros en sus momentos de recreación en el jardín realizaban la alquimia con la tierra, con los elementales, de modo que se depuraban estas energías. Debajo del salón de terapias había un intrincado sistema de túneles y habitáculos en los cuales un grupo de gnomos trabajaba recepcionando la energía que pasaba a través de los perros. Era un increíble sistema de intercambio y purificación alquímica. De hecho, una vez un niño autista con habilidades para dibujar, hizo una ilustración antes de la sesión de relajación. En el dibujo aparecían los perros y los niños dentro del salón, incluso los peces en la pecera, todos cubiertos con una mancha de color negro. En el dibujo posterior a la relajación aparecían los mismos elementos, los niños, los perros y los peces, todos con un “halo” de color amarillo. Ese dibujo fue una respuesta a nuestra percepción sobre el trabajo de amor alquímico que se ejecutaba en el centro de zoo-terapia. Isabel también llegaría a trabajar unos años después para realizar un trabajo con las mamás de los niños; un trabajo de despertar conciencias, de crear aperturas a nuevas formas de asumir la vida, una obra de amor para descubrir herramientas de auto ayuda y lograr más plenitud y bienestar.

En aquel tiempo también comencé a ser guiado constantemente por Bonguito para modelar gnomos en terracota y comenzaron las transcripciones de sus primeras enseñanzas. Así tomó forma el libro “Seres Esenciales, el mensaje de los Gnomos” en su primera versión. Bonguito se me aparecía en el hueco del tronco de un álamo cortado que estaba justo sobre un canal de regadío el cual dos veces por semana se llenaba de agua para el riego de la parcela. El tronco tenía unos tres metros de altura hasta el corte y sobre él crecían largas ramas como nuevos brotes del árbol, llenos de hojas, llenos de vida. En este recoveco pasaba algún tiempo en contacto con mi pequeño maestro.

En el año 2006 hice la activación interna de la glándula pineal, el método Cyclopea de Fresia Castro y a partir de ese momento mi obra comenzó a expandirse rápidamente. En el año 2006 con la ayuda de Perico construí el taller de los gnomos, y este fue el inicio de una etapa de creatividad sin pausa. Comencé a experimentar con la terracota refinando cada día la expresión natural de los gnomos.


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