Del libro "Enseñanzas de un Gnomo, La Ecología del Espíritu"
“¿Recuerdas cuando eras niño y podías ver duendes? ¿Alguna vez te dijeron los adultos; ‘es solo tu imaginación?’
Crear imágenes con pensamientos. Eso es imaginar. Y sucede en el lóbulo frontal de vuestros divinos cerebros. Imaginar es lo que te convierte en un dios viviente en este plano. Es la herramienta suprema de la humanidad, quizás la virtud definitiva, ¿ves? Todo lo que vives a diario, tus inventos, tus experiencias, la tecnología, tus construcciones, las emociones, absolutamente todo, antes de ser experimentado fue imaginado en el cerebro. ¿Podemos imaginar cosas inexistentes? ¡Te aseguro que sí! Todo depende de lo que estés sintonizando. Imaginar es la herramienta básica para la creatividad.
Te he hablado sobre la información. Hay una cantidad dosificada para la capacidad de tu cerebro de procesarla o sintetizarla, pero en verdad no hay límites. Solo hay que aumentar esa capacidad para recibir cada vez más información. Hoy en día muchas personas están recibiendo actualizaciones a través de la glándula pineal y pituitaria, realizando meditaciones, personales o colectivas. Son como transistores de radio; ustedes funcionan con una cantidad específica de voltaje. Además, tienes que buscar en el ancho de banda una señal de radio, algo que, en lo posible, esté más allá de lo común. Por lo tanto, es necesario ajustar la capacidad de recibir y procesar información vibracional de alta calidad.
Para emprender el viaje de la Deidad consciente hacia la realización, debes imaginar, imaginar, imaginar. Crea estas imágenes con pasión y recuerda: no hay límites. Solo detente por un minuto en silencio e imagina. Puedes empezar con lo que te estoy diciendo sobre los reinos Devas, u otros mundos, ¿cómo funcionan? Porque son muy, muy diferentes a los que ya conoces. Ahora, imagina.”
Bonguito
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