sábado, octubre 10, 2009

Nuestros pequeños hermanos

La figura de terracota de un gnomo es la puerta para una entidad viviente que rebosa la virtud de la Deidad. Protectores por excelencia, se convierten en un foco de alegría y bienestar cada vez que su benefactor humano lo requiera. En los pequeños detalles de la vida diaria ellos se comunican con nosotros a la espera del despertar. ¿A quien no se le ha extraviado un objeto que hace un instante estaba frente a nosotros?
Los gnomos nos recuerdan que siempre debe estar viva la capacidad de asombro; ¿ Porque no dar espacio al sentimiento de que un pequeño ser quiere que sepas que está presente? Ellos se divierten con la incredulidad humana, pero aún mas, nos aman profundamente. La fruta que comiste hoy un gnomo la bendijo para ti.

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